Acuario es el 11° signo de la rueda zodiacal, de aire fijo regido por Urano y por Saturno (regente antiguo). Este año el Sol estará caminando los grados de este signo desde el 20 de enero al 19 de febrero.
A Urano le lleva 84 años dar una vuelta completa al Sol, a Saturno 29, de alguna manera podemos asociar estos recorridos a la vida promedio del hombre contemporáneo. Si nuestro tiempo en la Tierra es de 90 años aproximadamente, entonces tendremos una vuelta completa de Urano y tres vueltas de Saturno. ¿Qué quiere decir esto? Que toda nuestra vida es un juego entre la energía uraniana y la saturnina, o sea una vida que nos pedirá estructura y responsabilidad, tanto como libertad y creatividad.
Repasemos primero de que se trata la energía Acuariana. Este signo es el gran generador de cambios, es la fuerza que patea el tablero para que podamos reinventarnos. Acuario vive en el presente pero con una antena en el futuro, es la que se anticipa a lo nuevo, que entiende cuando sistemas, estructuras o paradigmas ya están caducos y piden cambio. Acuario es entonces el gran revolucionario, el rebelde y amante de la libertad, es el raro, el que tantas veces la sociedad discrimina y exilia por no entenderlo, es el arquetipo del loco. Nos habla de imprevistos, de lo espontáneo y genuino, de la posibilidad de ser creadores de nuestra vida, una vez trascendidos los mandatos sociales y familiares
Pero para que Acuario no quede solo en la idea de reinvención, recordemos que es un signo de aire, necesitará de la tierra saturnina para poder establecer esos cambios y hacerlos reales. Este el motivo por el cual, si nos lo permitimos, vivimos en un gran loop Urano – Saturno: nacemos dentro de una estructura determinada, crecemos, buscamos liberarnos, establecemos una nueva realidad un poco más o menos alejada de los mandatos y de aquello que se espera de nosotros, sostenemos, hasta que llega una nueva crisis que buscará reinventarnos y llevarnos a planos más elevados de libertad y creatividad, volveremos a sentar bases. Esto si logramos un punto medio entre la estructura y la revolución. En los extremos tendremos, por un lado a aquellos que nunca logran salir de la estructura que les da seguridad, estas personas se rigidizaran cada vez más, siendo obedientes al mandato de una sociedad paternalista, cumpliendo con el deber ser y limitando a cero su ser más genuino y libre. Y del otro lado al rebelde eterno, que no logra insertarse en la sociedad, quedando en un lugar de queja eterna pero no siendo capaz de construir ni sostener.
Ser conscientes de que la vida es cambio, que no es lineal, que esta hecha de ciclos que empiezan y terminan, nos ayudará a mantenernos más flexibles ante los cambios, incluso a adelantar la jugada y ser el que los motive. Cuánto más rico será pensar en una existencia creativa, renovable, que vibre con nuestro propósito, que se permite la libertad de cambiar de rumbo, de ser tantas cosas como se desee. Una existencia rica en aventuras y experiencias, que logre quitarse mochilas ajenas, miedos heredados y excusas que frenan.
Acuario es un gran anfitrión del cambio, recibamos su invitación creyéndonos merecedores de todo lo nuevo que puede traer