La colección Primavera 2026 de Casablanca convirtió París en una rave, fusionando moda, música house y una vibrante explosión cromática.
La Semana de la Moda de París vivió un momento inolvidable con el desfile de Casablanca Primavera 2026, donde Charaf Tajer convirtió la pasarela en un auténtico templo de la cultura house. Inspirado en los clubes legendarios como la Haçienda de Manchester y en décadas de raves, el diseñador demostró que la moda puede vibrar al mismo ritmo que la música electrónica.
El show tuvo lugar en la Catedral Americana de París, un escenario gótico que se transformó con luces rojas, plateadas y verdes ácidas. Allí, el DJ y productor Louie Vega, padrino del house, mezcló en directo junto a un coro góspel de 18 voces que hizo retumbar el espacio con frases como keep it real y shout. El resultado fue una experiencia inmersiva que trascendió el concepto de desfile.




En la pasarela, Casablanca presentó un vestuario que reflejaba la diversidad de quienes habitan la pista de baile: pantalones cargo en amarillo ácido, chaquetas satinadas en tonos mandarina, faldas y vestidos cubiertos de lentejuelas teñidas a mano en azul, verde y rosa. También hubo pantalones de crochet plateado, minifaldas con efecto mojado y sudaderas rosas de textura difusa, fusionando lo deportivo, lo urbano y lo lúdico.
Los colores, inspirados en los mapas térmicos y las luces de los clubes, hicieron que cada prenda pareciera moverse al ritmo de la música. Con esta propuesta, Tajer construyó lo que él llama el verdadero “estilo house”: una moda sin reglas, sin prejuicios y abierta a todos.
Casablanca no solo presentó una colección, sino una declaración: la moda y la música pueden bailar juntas y, cuando lo hacen, hacen historia.