Alcaraz enfrenta a Norrie en cuartos de Wimbledon, con el público británico y el desgaste físico como grandes amenazas.
Carlos Alcaraz no lo está teniendo fácil en esta edición de Wimbledon. En su estreno, el campeón defensor necesitó cinco intensos sets para doblegar al veterano italiano Fabio Fognini. Luego, en tercera ronda, sufrió más de lo esperado ante Jan-Lennard Struff, a quien superó en cuatro sets en un partido que él mismo describió como “estresante”. En octavos, Andrey Rublev volvió a incomodarlo llevándose el primer set antes de que el murciano apretara el acelerador.
Ahora, en cuartos de final, Alcaraz se medirá con Cameron Norrie, el último británico en pie y con el aliento ensordecedor del público londinense a su favor. Aunque el español ya experimentó la intensidad del público local al enfrentarse a Oliver Tarvet en segunda ronda, este será su primer gran duelo contra un británico consolidado en la catedral del tenis.
“Hoy he sentido mucho respeto por parte del público. Jugar contra un local no es fácil, pero me han tratado increíble”, declaró Alcaraz tras aquel encuentro. Sin embargo, Norrie no se limita al aplauso del público: es enérgico, expresivo y no duda en soltar sus característicos “come on!” tras cada punto, algo que ha incomodado a rivales como Nicolás Jarry y Frances Tiafoe.
Con una racha de 18 victorias consecutivas en Wimbledon y un juego agresivo basado en potentes forehands, una volea letal y una movilidad explosiva, Alcaraz parte como favorito. Pero Norrie viene de batallas largas —tres partidos a cinco sets— y, si su cuerpo aguanta, puede incomodar con su juego plano, ritmo constante y defensa implacable. El historial favorece al español 4-2, aunque nunca se han enfrentado en hierba.
Si Norrie logra desgastarlo desde el inicio y saca provecho del entorno, el partido podría alargarse más de lo previsto. Aun así, todo indica que Alcaraz tiene lo necesario para imponerse en cuatro sets y continuar su camino hacia la gloria.
