En el más atípico de los veranos, sin festivales de música, grandes planes ni fiestas populares, toca reducir los kilómetros para mantener las distancias. Estas vacaciones viajaremos por España y lo haremos disfrutando de cada uno de los cinco sentidos; porque para estimular el oído, afinar el olfato, avivar el tacto, darnos un gusto o alegrarnos la vista no es necesario que vayamos muy lejos.
Asturias con mucho tacto
Tacto no es solo lo que tocamos con nuestras manos, sino también es sentir cómo el viento roza nuestro cuerpo en el Elogio del Horizonte, la estatua de Chillida que preside el Cerro de Santa Catalina en Gijón; sumergir nuestros pies en los Lagos de Covadonga; bañarnos en el Mar Cantábrico; o palpar la fría piedra de los muchos templos prerrománicos de la zona. Asturias no se visita, se vive con cada poro de nuestra piel.
Cabo de Gata de oídas
Todos hemos puesto en algún momento una gran caracola cerca de nuestra oreja para escuchar lo que muchos dicen que es el sonido del mar. Una melodía que en Cabo de Gata suena de la forma más nítida y natural. Este rinconcito de la costa almeriense es uno de los secretos mejor guardados del litoral peninsular y escuchar el rugir de sus olas es un privilegio del que solo unos pocos pueden disfrutar.
Hasta la vista, Ibiza
Allí, tradición e innovación se dan la mano. Ibiza nos da la oportunidad de viajar al pasado a través de sus entrañables pueblos pero también nos permite echar la vista al futuro a ritmo del techno más puntero. En la isla blanca los opuestos conviven de la mejor forma; un placer para la vista con una brillante panorámica de agua salada.
Afinar el olfato en Jerez de la Frontera
Si hay un vino jerezano que recibe el nombre de oloroso, será por algo. Entrar a una bodega de esta localidad gaditana es toda una experiencia para los sentidos. El olor al albero que recubre el suelo de muchos de sus rincones, el aroma a amontillado, manzanilla o palo cortado y el sabor del queso payoyo de la zona convierten a Jerez de la Frontera en el destino perfecto para los olfatos más refinados.
Valencia, todo un gusto
Desayunar un buen zumo de naranja recién exprimido, comer una paella del senyoret o un delicioso arroz al horno, merendar una horchata bien fresquita y cenar por el barrio de Ruzafa y sus alrededores son algunos de los planes gastronómicos más apetecibles de la capital del levante. Valencia ofrece lo mejor de la dieta mediterránea en un ambiente rico en contrastes (y sabores).
