Louise Trotter debuta en Bottega Veneta con una colección primavera 2026 que une tradición artesanal, modernidad minimalista y sofisticación funcional.
El debut de Louise Trotter como directora creativa de Bottega Veneta en la temporada primavera 2026 marcó un antes y un después en la historia de la casa italiana. La expectación era máxima en Milán, donde celebridades y fanáticos aguardaban para descubrir el nuevo rumbo de una de las firmas más influyentes del lujo contemporáneo. Entre los asistentes destacaron Julianne Moore, Michelle Yeoh y Uma Thurman, junto a figuras inesperadas como Zadie Smith, mientras que el magnetismo de la moda atrajo también a ídolos del K-pop como RM de BTS y I.N de Stray Kids.
La pasarela, ambientada con una banda sonora firmada por Steve McQueen que fusionó a Nina Simone y David Bowie, reveló una colección que combinó herencia artesanal y modernidad. El primer look, un peacoat minimalista con guiños al icónico intrecciato de la marca, anticipó la visión de Trotter: sobriedad sofisticada con detalles precisos. Camisas de mangas alargadas, pantalones amplios y calzado deportivo marcaron un estilo funcional y refinado.
El verdadero sello de la diseñadora británica se percibió en la atención al vestuario femenino: sastrería ligera con cortes amplios pero entallados en cintura, chaquetas de napa impecables y punto con hombros estructurados que elevan lo cotidiano. Para la noche, Trotter apostó por faldas con flecos combinadas con camisas rígidas y vestidos arquitectónicos que equilibraban recato y sensualidad con un solo gesto: un tirante cayendo del hombro.
Lejos del logocentrismo, Bottega Veneta reafirmó su identidad original: lujo silencioso y piezas pensadas para acompañar a mujeres reales. Bolsos intrecciato de gran formato, listos para llevar un portátil, y calzado plano diseñado para el movimiento cerraron un desfile que demostró cómo Trotter entiende la moda como un diálogo entre comodidad, elegancia y poder contemporáneo.
