Y cómo está ayudando a las mujeres a reconectar con su niña interior.
En la última temporada, no hemos dejado de oír hablar de las zapatillas de ballet de Miu Miu, la falda de tul de Molly Goddard y el inesperado regreso de las Ultra Mini Boots de UGG. La fábrica de tendencias preferida por la generación Z, TikTok, parece no cansarse de la estética viral del balletcore, con el hashtag #balletcore que cuenta con más de 142,1 millones de visitas. Esta generación ha adoptado plenamente los elementos hiperfemeninos del ballet y los ha hecho suyos incorporando tops envolventes, trajes de baño, escotes corazón, calentadores, mucho tul, minifaldas envolventes y lazos en sus conjuntos diarios.
Los famosos tampoco se pierden la tendencia, ya que la estética se encuentra fácilmente en los Instagram de nuestras modelos, cantantes y actrices favoritas. Olivia Rodrigo abrazó por completo la tendencia el verano pasado en el vídeo musical de su tema “Brutal”. Mientras tanto, Bella Hadid se ha puesto los calentadores, las zapatillas de ballet y la época de los boleros. La modelo holandesa-palestina no sólo ha incorporado la estética en sus ajustes diarios, sino que también publicó una foto en Instagram de ella practicando ballet con un look inspirado en Cisne Negro a principios de verano. Más recientemente, vimos a Sydney Sweeney con un vestido de color rosa pastel de alfombra roja en la Gala de Arte y Cine del LACMA, que no fue muy bien aceptada en la comunidad del ballet.
Pero más allá de los hermosos y delicados trajes y los bonitos colores pastel, muchas mujeres empiezan a practicar el ballet a los 20 años para conectar con su niña interior y mejorar su bienestar mental. El término “ballet para adultos” se ha buscado en TikTok más de 34,7 millones de veces y el hashtag #startingballet acaba de alcanzar los 2 millones de visualizaciones. En un vídeo con más de 101,8K likes, Annie Gora cuenta a su comunidad cómo empezar a practicar ballet a los 20 años le ayuda a lidiar con el estrés laboral y la depresión. Y añade: “Siempre he querido ir a una clase de danza. Toda mi vida he soñado con ello, y ahora que lo hago, me siento como en casa. Por fin, estoy curando a mi niña interior. El ballet me hace sentir bonita y fuerte”.
Sin embargo, no debemos olvidar el tiempo que ha tardado la propia comunidad del ballet en abrirse sobre la presión que sufren las bailarinas en relación con su imagen corporal. Por eso debemos ser conscientes de no sobre romantizar la estética en las redes sociales: la única manera de avanzar es seguir llevando la positividad corporal y el bienestar mental al primer plano del algoritmo.