Inspirada en la energía bohemia de Lavender Bay, Zimmermann presenta una colección Primavera 2026 que celebra la libertad, el color y la feminidad.
La diseñadora Nicky Zimmermann volvió a conquistar París con una colección que celebra la alegría, la libertad y el espíritu bohemio del verano australiano. En su propuesta para Primavera 2026, la creadora se inspiró en los artistas de Lavender Bay, un enclave costero de Sídney conocido en los años setenta por su energía creativa, sus fiestas inolvidables y su estilo de vida despreocupado.
El desfile se impregnó de una atmósfera psicodélica y romántica, donde los estampados florales parecían cobrar vida en faldas de crinolina con bandas de tul, vestidos palabra de honor teñidos en arcoíris y blusas etéreas que flotaban al compás de la pasarela. “Quería que las flores tuvieran movimiento real, que respiraran aire y libertad”, explicó la diseñadora australiana.
Aunque Zimmermann es sinónimo de vestidos femeninos y estampados vibrantes, la firma reafirma su posición como marca de lifestyle completa. Entre las piezas más destacadas se encontraron una camisa blanca de calado con bordado artesanal de pájaro, trajes de baño en tonos tierra reinterpretados como tops y un abrigo de cuero que aportó un toque sofisticado y urbano.
La influencia setentera también se reflejó en los looks masculinos reinterpretados en clave femenina: conjuntos en bloques de color con bolsillos retro, chaquetas utilitarias de mangas abullonadas y monos estructurados con detalles metálicos.
En primera fila, Lana Del Rey fue la gran protagonista. Admiradora confesa de la marca, la cantante ya había mencionado a Zimmermann en un poema que recitó durante el show al ritmo de la banda sonora creada por Mimi Xu. “Lana ve la feminidad de la misma forma que nosotros: poderosa, fuerte y hermosa a la vez”, comentó la diseñadora.
El resultado fue una colección luminosa, libre y profundamente evocadora: un canto a la felicidad estival donde cada prenda parece escrita como un verso de la propia Del Rey. Porque, al final, vestir Zimmermann sigue siendo la mejor forma de superar cualquier summertime sadness.
